martes, 16 de junio de 2020

Y así fue, una cuarentena en caos


Hay textos que cuestan más de escribir que otros.
Y este no iba a ser uno menos.
Con miedo, lagrimas y recuerdos lo empiezo.
En mitad de la carrera, justo en marzo todo paro, todo se frenó y todo se acabó.
Llena de sueños, miedos, expectativas y sobretodo recargada de fuerzas por la marea feminista tuve que romperme, romper mis pequeños proyectos e ilusiones para entender que estaba pasando a mi alrededor.

Al principio andaba perdida sin echar de menos solo esperando a volver, volver a llegar tarde, volver a estudiar de madrugada porque he tenido mil reuniones y que prepara alguna actividad a la casa de juventud, volver a escuchar el sonido de la campana, volver al patio con mis compañeras del año pasado que pese a que no encajé no me hacen sentir sola. Volver a llorar por no llegar o volver a ver a mis amigas y no quererme ir. Volver a clase de filosofía, y si fliparlo como una niña con todo lo que me cuentan. Volver a literatura y escuchar títulos de libros entre digresión y digresión. Volver a ver a las miradas de complicidad de Nuria y Elisa esperando que algún día seamos lea y yo . Volver a tener miedo a ir a clase, volver a replantearme porque no encajo. Volver a ver el mundo equivocada y que adaya me ayude a verlo de una forma más fácil. Volver a ser recibida con abrazos y besos. Volver para saber que era necesaria.
Volver a mi vida.

Fue muy difícil sólo quería llorar porque había perdido todo, había perdido muchas últimas veces y no fui capaz de asumirlo. No quería aceptar que cerré muchas etapas sin yo saberlo.
Había perdido las ganas de luchar.

Me comparaba, en mi cabeza solo sonaba PRODUCTIVIDAD, y yo era incapaz de pensar y ver el mundo que me rodeaba con el ojo crítico que me acompaña desde que tengo recuerdo.

Frustración, Angustia y ansiedad.
No solo bastó con que no hice deporte, no cocine o no leí. Se sumaron los deberes yo no tenía fuerzas ni para escribir en mi diario como me sentía. Menos fuerzas tenia para entender la vida de personajes ajenos o analizar una oración y lo que más me dolió ser creativa.

Esperaban más de mí de lo que yo podía dar en ese momento


Os podéis imaginar lo que supone para mi todo esto, estaba llena de frustración y yo era incapaz de ver que no era tan difícil y sobretodo que era Capaz.
en mi cabeza solo me recordaba lo mala que era y lo incapaz que era para hacerlo.
En mi cabeza solo sonaba la palabra capacidad como límite a crecimiento.

No os voy a mentir lo más duro no fue como me encontraba, lo más duro fue salir de allí sin herramientas y sobretodo sin personas. Sin personas de confort que me ayudan y me demuestran que confían en mi. Personas que me hacen mejor.

En toda este caos emocional escribí en huelga emocional que aunque no me sirvió para salir me sirvió para algo más importante PERDONAR(ME)

Me ayudo para distraerme y coger un poco de fondo.

Justo al mes y en vacaciones de Semana Santa creo salí un poco de mi caos emocional por fin pude hacer lo que más me llena, participar.
Además a lo grande en televisión, quizá es una tontería pero fue la primera vez que me sentí de nuevo que podía comerme el mundo, siempre siendo crítica pero era un apoyo que necesitaba.

Empecé a retomar mi diario y retomar de forma distinta mi nueva vida.

Adquirí una rutina que se ve muy condicionada por cómo me encuentre.
Acepte lo que había pasado. O quise hacer como que lo acepté

Es difícil para mi vivir esta realidad, vivir sin expectativas sin planes de futuro y sin las personas que quiero cerca.
Cada vez que hago algo que no puedo hacer o me cuesta mucho me derrumbo y como si fuera la catedral barcelonesa que no recuerdo el nombre, y de nuevo me tengo que volver a construir.

Es muy lento y duro pasar todos estos procesos cuando sabes que la sociedad ni te espera ni te entiendo.

Ahora sigo aferrada a las fases como recuerdo de que tendré que afrontar una realidad NUEVA.

Firmado una Alba que vivió una estación con tan solo recuerdos.

lunes, 11 de mayo de 2020

CONFINAMIENTO

En la televisión están diciendo que vamos a estar un tiempo confinados. No podremos salir de casa en unas semanas, ni siquiera podemos ir al instituto…. Parece que nos vamos a comunicar con los profesores por email, y se va a habilitar una plataforma para que nos envíen las tareas, se va a llamar “Aules” . Me tengo que organizar. Tengo que comprobar si me llega el wifi a toda la casa, estoy pensando que me tengo que hacer un horario, prometo cumplirlo. Pero también está mi hermana, madre mía, tenemos que compartir la Tablet, es donde tenemos la cámara para recibir las clases…. Y también tengo que pensar como me distraigo, que voy a pasar muchas horas en casa. Ya lo tengo, voy a convertir la mesa del comedor en una mesa de ping-pong, y voy a sacar el parchís, como en casa somos cuatro cada uno seremos de un color, pienso ganarles a todos. Y voy a hacer algo de ejercicio, me tengo buscar un canal de Youtube. Me había olvidado del conservatorio, de allí también me llegan tareas y clases online, tengo que rehacer el horario. Algún día haremos como si saliéramos a cenar fuera, así será más llevadero el confinamiento. Vale, ya lo tengo todo organizado. Ostras, acaban de decir en la tele que el sábado podremos salir a dar paseos y que empieza la desescalada…. Vaya lío.

domingo, 26 de abril de 2020

Microrrelato.
La peste del 21.

Aún recuerdo el día que todo esto comenzó.
Durante ese febrero de 2020 comenzó a morir gente en Madrid, especialmente gente que venía de otros países. Rápidamente se extendía el rumor que una pandemia se extendía por todo el país. Yo no me lo creía apenas, muchos pensábamos que era una simple gripe y ya. Pero, el día que murió mi vecino, me di cuenta que esto iba enserio. Mi familia decidió que nos fuéramos al chalet, al fin y al cabo, seríamos una familia más que escapaba a las afueras de la ciudad. Durante semanas ya se nos hacía habitual que murieran centenares de personas. Mucha gente que no volvió a saber de sus familiares... Era muy doloroso, pero el miedo de la infección podía más que el sentimiento  de dolor para desprenderse de esta manera horrible de los seres queridos. Madrid se volvió vacía y triste. Una de las familias que más sufrió esto fue la de mi amigo Arturo, murieron sus dos hermanos y su padre a causa de la epidemia. Ese año no fue bueno. Yo era joven y me impactó mucho, por eso lo recuerdo tanto, porque murieron muchas personas, algunos luchando por salvar y otros por salvarse.

Diego Romero, 1º BACH A.

sábado, 18 de abril de 2020

Tiempos difíciles para la adolescencia


Leer la entrada anterior, la de Alba, me ha llevado a volver a pensar en lo difícil que tiene que ser para vosotros, adolescentes, este confinamiento que se dilata por semanas y cuyo fin aún no entrevemos. Uno de mis recuerdos de adolescencia más nítido es la sensación de "ahogarme en casa", la necesidad física, apremiante de moverme, de salir de ella para gastar la energía que yo sentía a punto de explotar dentro de mí. La mayoría de las veces me "desahogaba" yéndome a correr por los callejones y calles menos transitadas de mi pueblo. Y lo hacía casi a hurtadillas: no le decía nada a mi madre, salía como si fuese a comprar algo y cuando superaba las calles más transitadas y llegaba a los callejones donde no me conocían y casi no había nadie, empezaba a correr atropelladamente hacia las afueras del pueblo hasta que ya no podía más. Por supuesto, sin chandal, ni zapatillas de running, incluso sin saber que  hacía algo parecido al "footing". Luego, regresaba y disimulaba, porque nunca se me ocurrió compartir con mis padres esa necesidad.
Seguro que alguno de vosotros, de vosotras estará sintiendo algo parecido, con el agravante de que no cabe la posibilidad de echar a correr en estos días extraños. Y a esa frustración física se le suma la preocupación por el futuro, la sensación de incertidumbre, el bombardeo mediático aturdidor, la saturación informativa, la sensación de no ser tenidos en cuenta...
 Para nadie está siendo fácil; para los adolescentes, menos. Claro que la crisis también va con vosotros. ¡Y tanto!





Esta semana pasada diversos medios se ocupaban de vosotros en algunos artículos. Os invito a leer el que apareció en XL Semanal, con el título  SOS confinamiento con un adolescente  ¿Os sentís identificados con  lo que se dice en él? 



jueves, 16 de abril de 2020

En Huelga Emocional

ESTOY EN HUELGA
¡Estoy en huelga! Estoy en huelga emocional. Ya está, suficiente, no quiero más, no puedo más.
Estamos en una situación anómala, no hemos vivido nada igual que se le parezca. Por eso me declaro en huelga. ¡BASTA!
Dejemos de comportarnos como si nada estuviera pasando, como si fuera una oportunidad del destino, como si fuera un castigo del que tengamos que sacar algo de provecho.
Dejemos de normalizar el estar bien constantemente, es natural estar mal y totalmente lícito.
Dejemos de hacer recetas, manualidades y yoga para subirlo a las redes.
Dejemos dejarnos hacer nada para poder estar con nosotras mismas.

Me declaro en huelga emocional, y he aquí mi manifiesto:

Manifiesto emocional en una cuarentena

Estamos en momentos difíciles para todos, da igual los privilegios que tengas o la edad que tengas. Nuestra manera  de concebir nuestro día a día ha cambiado por completo, sólo podemos aferrarnos al pasado, no sabemos cuándo vendrá el futuro y el presente nos ahoga.
Es un momento de difícil gestión emocional,  no tenemos nuestros rituales, nuestra zona de confort, nuestras personas de confort.
Ahora más que nunca necesito estar conmigo a solas para poder entenderme y ayudarme.
No puedo estar pendiente de toda la carga de trabajo a la que nos están sometiendo la sociedad  sin contar la carga académica.
El mundo se ha parado, sé que es difícil de entender, pero no podemos seguir con el mismo ritmo frenético del exterior.
No porque pasemos a hacer en casa todo lo que hacíamos antes del confinamiento, llamándolo adaptación, va a estar bien. Eso no es adaptar, no se tiene en cuenta la situación, los factores emocionales y las limitaciones del medio. Es no tener en cuenta millones de cosas que nos imposibilitan seguir con nuestra vida normal, como la brecha digital, la situación familiar, el espacio donde pasaremos todas las horas del día.
No soy una experta emocional pero sé que esta vez me está costando mucho gestionarla. Sé que todo lo que tenga que ver con futuro me agobia, con presente me ahoga y pasado me entristece.
Por eso ahora más que nunca necesito estar conmigo, necesito no culparme por estar mal. Pero esto no es posible si no paramos y pensamos. Por eso me declaro en huelga emocional.
A partir de ahora no diré más un “espero que estés bien”, porque te dejaré estar mal. Seré realista y no le pediré al resto cosas que les sean difíciles de cumplir. No pediré perdón por estar mal. Ni nombraré la palabra productividad en toda la cuarentena, como si fuéramos una máquina que produce.
Respetaré mis tiempos y los del resto. Y no me tomaré la cuarentena como la oportunidad de mi vida, sino como un trámite necesario de responsabilidad civil. Y diré “¡que no!” sin miedo a perder la oportunidad.

Como señal de huelga me pondré mi foto de perfil cambiará mientras dure la cuarentena.
Esta huelga afecta a todos los sectores, a  todo tipo de cuerpos, a todo tipo de estilos de música, a todo tipo de personas y, sobre todo, de EDADES.

BASTA de olvidar que los  jóvenes también sufrimos, y estamos igual de preocupados y comprometidos que el resto de la ciudadanía.
Por eso, en mi manifiesto, no puedo olvidar los cuidados especializados que necesitamos por parte del resto de la sociedad. Que no estaría de más empezar simplemente por nombrarnos.
Con nombrarnos en noticias, en ruedas de prensa.
Que se dirijan a nosotros como lo que somos, y que entiendan que esta crisis también va con nosotros.

miércoles, 15 de abril de 2020

Una cuarentena con Arte


A juzgar por lo que mis contactos "wachuperos" me van mandando , parece que el confinamiento agudiza el ingenio . Bueno estos días también proliferan vídeos, memes, "construcciones multimedia" de todo tipo que de ingeniosos tienen poco y de estéticos nada, pero  hay algunos que merecerían salvarse de la quema del tiempo. Este que recojo aquí,  Una cuarentena con Arte, refleja algunos rasgos característicos de estos días a partir de cuadros muy conocidos. ¿Sois capaces de reconocer el autor y dar el título de la obra de al menos diez de ellos?

Luis Eduardo "Arte"


Sobre algunos de sus Poemigas os dejo mis 10 canciones preferidas. 
Ha sido una elección bien difícil. 
Seguro que son todas las que están, pero no están todas las que son.

Y así fue, una cuarentena en caos

Hay textos que cuestan más de escribir que otros. Y este no iba a ser uno menos. Con miedo, lagrimas y recuerdos lo empiezo. En mitad d...