sábado, 18 de abril de 2020

Tiempos difíciles para la adolescencia


Leer la entrada anterior, la de Alba, me ha llevado a volver a pensar en lo difícil que tiene que ser para vosotros, adolescentes, este confinamiento que se dilata por semanas y cuyo fin aún no entrevemos. Uno de mis recuerdos de adolescencia más nítido es la sensación de "ahogarme en casa", la necesidad física, apremiante de moverme, de salir de ella para gastar la energía que yo sentía a punto de explotar dentro de mí. La mayoría de las veces me "desahogaba" yéndome a correr por los callejones y calles menos transitadas de mi pueblo. Y lo hacía casi a hurtadillas: no le decía nada a mi madre, salía como si fuese a comprar algo y cuando superaba las calles más transitadas y llegaba a los callejones donde no me conocían y casi no había nadie, empezaba a correr atropelladamente hacia las afueras del pueblo hasta que ya no podía más. Por supuesto, sin chandal, ni zapatillas de running, incluso sin saber que  hacía algo parecido al "footing". Luego, regresaba y disimulaba, porque nunca se me ocurrió compartir con mis padres esa necesidad.
Seguro que alguno de vosotros, de vosotras estará sintiendo algo parecido, con el agravante de que no cabe la posibilidad de echar a correr en estos días extraños. Y a esa frustración física se le suma la preocupación por el futuro, la sensación de incertidumbre, el bombardeo mediático aturdidor, la saturación informativa, la sensación de no ser tenidos en cuenta...
 Para nadie está siendo fácil; para los adolescentes, menos. Claro que la crisis también va con vosotros. ¡Y tanto!





Esta semana pasada diversos medios se ocupaban de vosotros en algunos artículos. Os invito a leer el que apareció en XL Semanal, con el título  SOS confinamiento con un adolescente  ¿Os sentís identificados con  lo que se dice en él? 



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