ESTOY EN HUELGA
¡Estoy en huelga! Estoy en huelga emocional. Ya está, suficiente, no quiero más, no puedo más.
Estamos en una situación anómala, no hemos vivido nada igual que se le parezca. Por eso me declaro en huelga. ¡BASTA!
Dejemos de comportarnos como si nada estuviera pasando, como si fuera una oportunidad del destino, como si fuera un castigo del que tengamos que sacar algo de provecho.
Dejemos de normalizar el estar bien constantemente, es natural estar mal y totalmente lícito.
Dejemos de hacer recetas, manualidades y yoga para subirlo a las redes.
Dejemos dejarnos hacer nada para poder estar con nosotras mismas.
Me declaro en huelga emocional, y he aquí mi manifiesto:
Manifiesto emocional en una cuarentena
Estamos en momentos difíciles para todos, da igual los privilegios que tengas o la edad que tengas. Nuestra manera de concebir nuestro día a día ha cambiado por completo, sólo podemos aferrarnos al pasado, no sabemos cuándo vendrá el futuro y el presente nos ahoga.
Es un momento de difícil gestión emocional, no tenemos nuestros rituales, nuestra zona de confort, nuestras personas de confort.
Ahora más que nunca necesito estar conmigo a solas para poder entenderme y ayudarme.
No puedo estar pendiente de toda la carga de trabajo a la que nos están sometiendo la sociedad sin contar la carga académica.
El mundo se ha parado, sé que es difícil de entender, pero no podemos seguir con el mismo ritmo frenético del exterior.
No porque pasemos a hacer en casa todo lo que hacíamos antes del confinamiento, llamándolo adaptación, va a estar bien. Eso no es adaptar, no se tiene en cuenta la situación, los factores emocionales y las limitaciones del medio. Es no tener en cuenta millones de cosas que nos imposibilitan seguir con nuestra vida normal, como la brecha digital, la situación familiar, el espacio donde pasaremos todas las horas del día.
No soy una experta emocional pero sé que esta vez me está costando mucho gestionarla. Sé que todo lo que tenga que ver con futuro me agobia, con presente me ahoga y pasado me entristece.
Por eso ahora más que nunca necesito estar conmigo, necesito no culparme por estar mal. Pero esto no es posible si no paramos y pensamos. Por eso me declaro en huelga emocional.
A partir de ahora no diré más un “espero que estés bien”, porque te dejaré estar mal. Seré realista y no le pediré al resto cosas que les sean difíciles de cumplir. No pediré perdón por estar mal. Ni nombraré la palabra productividad en toda la cuarentena, como si fuéramos una máquina que produce.
Respetaré mis tiempos y los del resto. Y no me tomaré la cuarentena como la oportunidad de mi vida, sino como un trámite necesario de responsabilidad civil. Y diré “¡que no!” sin miedo a perder la oportunidad.
Como señal de huelga me pondré mi foto de perfil cambiará mientras dure la cuarentena.
Esta huelga afecta a todos los sectores, a todo tipo de cuerpos, a todo tipo de estilos de música, a todo tipo de personas y, sobre todo, de EDADES.
BASTA de olvidar que los jóvenes también sufrimos, y estamos igual de preocupados y comprometidos que el resto de la ciudadanía.
Por eso, en mi manifiesto, no puedo olvidar los cuidados especializados que necesitamos por parte del resto de la sociedad. Que no estaría de más empezar simplemente por nombrarnos.
Con nombrarnos en noticias, en ruedas de prensa.
Que se dirijan a nosotros como lo que somos, y que entiendan que esta crisis también va con nosotros.